Gabriela Carena no llegó de una gran ciudad, ni con un equipo de alto rendimiento detrás. Es de General Levalle, un pequeño pueblo del sur de Córdoba, y este domingo conquistó el Ironman 70.3 en San Juan, convirtiéndose en la mujer más rápida de la competencia con un tiempo de 4 horas, 32 minutos y 40 segundos.
“Me lo dedico a mí, todo el esfuerzo es mío”, dijo con la voz entrecortada por la emoción. La frase, sencilla pero contundente, resume una historia de constancia, sacrificio y amor propio.
Esta fue su tercera participación en tierras sanjuaninas, y también su revancha. “Estos meses fueron re complicados en muchos sentidos. Lesiones, entrenamientos que no salían, complicaciones laborales. El año pasado tenía sponsor, este año nada… Entonces digo, bueno, el esfuerzo es mío. Y creo que hace un mes me propuse que sea por mí”, contó.
A pesar de los obstáculos, Gabriela nunca dejó de entrenar ni de trabajar. Ingeniera agrónoma de profesión, cumple jornadas laborales de 8 a 10 horas diarias. “Mi día a día es totalmente amateur. Trabajo como cualquiera y entreno cuando puedo. Creo que la clave es la organización y la constancia de años”, aseguró.
Su relación con el triatlón comenzó casi por casualidad, a los 28 años, ya viviendo en Río Cuarto. “Me invitaron a hacer un triatlón, como muy de casualidad. Yo dije lo hago, no me lo voy a tomar competitivo. Y ya después del primero dije: ‘¡Está bueno esto!’ Y de ahí no paré”, recuerda entre risas.
Hoy, Gabriela es una de las mejores triatletas amateur del país, y también una profesional apasionada por su trabajo. “Me encanta mi profesión. Agradezco a quienes confían en mí. Me gusta tanto como entrenar, así que doy todo por las dos cosas”, dijo con una sonrisa que vale más que cualquier medalla.
Gabriela Carena no solo ganó una carrera. Se ganó a sí misma. Y lo dijo con claridad: “Me lo dedico a mí”.