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El 27 de junio se convirtió en una fecha de profundo dolor para la familia de Leila Rodríguez. En 2017, la joven fue asesinada brutalmente por su ex pareja en el departamento de Ullum. A siete años del femicidio, su madre, Paula Morales, compartió un sentido mensaje en redes sociales que refleja el dolor intacto de una pérdida irreparable.

“Hoy el frío y el dolor sale de nuestras almas y corazón… Cuesta hasta respirar. Siete años de que te callaron para siempre”, escribió Paula en su perfil de Facebook, en un nuevo aniversario del crimen que aún conmueve a la sociedad sanjuanina.

Leila tenía una hija pequeña y mantenía una relación conflictiva con su ex pareja, de quien ya se había separado. A pesar de eso, no había manifestado indicios de violencia previos, según relató su madre en una entrevista tiempo atrás.

Paula reconstruyó con detalle el último día de su hija. “Estuvimos en un cumpleaños familiar. Leila trabajó ese día y cuando regresamos, me dijo que ya volvía. Fue la última vez que la vi”, recordó.

Esa madrugada, Leila no regresó. Paula empezó a preocuparse cuando notó que su hija no había llevado a su nieta al jardín. La ausencia, inusual, encendió las alarmas. Horas más tarde, vecinos encontraron el cuerpo sin vida de Leila en una acequia frente a la casa familiar. Estaba cubierto con ramas y presentaba signos evidentes de violencia.

El autor del crimen fue su ex pareja, padre de la niña, quien en un primer momento incluso fue contactado por Paula para buscar a su nieta. “No lo podía creer. Nunca lo imaginé capaz de algo así. Yo misma le pedí que fuera a buscar a Ámbar. Mientras yo buscaba a mi hija, mi nieta estaba con la familia del asesino”, relató.

Actualmente, Paula Morales es la responsable del cuidado de Ámbar, hoy de 10 años. La niña, con ayuda psicológica, ha podido procesar la verdad sobre lo ocurrido. “Un día, antes del Día del Padre, me preguntó si era verdad que su papá había matado a su mamá. Le dije que sí. Desde ese momento, no volvió a preguntar”, contó Paula.

La justicia condenó a Pacheco, el femicida, a prisión efectiva. Sin embargo, para Paula, su lucha no termina ahí. “Soy la voz de mi hija. Mientras esté viva, voy a seguir pidiendo justicia. No voy a dejar que nadie olvide lo que hizo”, afirmó.

En su mensaje final, Paula envió un mensaje directo a otras mujeres que puedan estar atravesando situaciones de violencia:

“A todas esas chicas que son golpeadas, que terminan en el hospital, piensen en ustedes y en sus hijos. Pidan ayuda. Y si no llega, váyanse. Nosotras podemos. Se puede salir. Se puede vivir sin miedo.”