Hace quince años llegó a San Juan para estudiar diseño gráfico. Sin embargo, el destino la llevó por otro camino: encontró en la piel su verdadera vocación. Chechu Chade es hoy la referente del primer estudio de tatuajes conformado únicamente por mujeres en la provincia, un espacio que nació con la intención de acompañar y generar confianza.
Su lugar de trabajo está lleno de detalles que hablan de ella: mesas iluminadas con lámparas cálidas, tintas de todos los colores y bocetos que parecen más ilustraciones de un libro que diseños para la piel. Pero lo más importante está en las historias que llegan a su puerta. “Soy traductora de emociones”, dice, y esa definición resume lo que hace: escuchar, interpretar y plasmar en tinta sentimientos que muchas veces no encuentran otra forma de expresarse.

Entre los tantos trabajos que marcaron su carrera, recuerda con emoción a una joven que llegó con una nota escrita por su abuela fallecida. Era un simple recordatorio: que se comiera el guiso que le había preparado porque le iba a hacer bien. Chechu propuso sumar a ese diseño la imagen de un plato de guiso. El resultado no fue solo un tatuaje, sino un homenaje cargado de amor.
La historia personal también la atraviesa. Su madre quiso tatuarse, pero no alcanzó a hacerlo porque murió tras atravesar un cáncer de mama. Ese recuerdo se resignifica cada vez que recibe en su estudio a mujeres que pasaron por lo mismo y buscan tatuarse para cerrar un proceso. Ya sea a través de la reconstrucción de una areola o cubriendo una cicatriz, el tatuaje se convierte en una herramienta de sanación y de recuperación de autoestima.
Para Chechu, vivir del arte ya es un sueño cumplido. Pero su mirada va más allá: quiere que el tatuaje sea reconocido como una forma de comunicación, de salud y de cultura. Sueña con llevarlo a espacios académicos, museos y campañas de sensibilización, para mostrar que no se trata solo de estética, sino de un arte capaz de conectar con lo más profundo de lo humano.
En cada trazo, en cada diseño, Chechu deja una marca que trasciende la piel. Sus tatuajes son relatos permanentes, historias grabadas para siempre.
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