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Por: Oriana Godoy

 

El 3 de junio de 2015 nació Ni Una Menos como una expresión masiva motivada por la impotencia ante el terrorífico femicidio de Chiara Páez en Santa Fe en manos de quien fuera su novio, Manuel Mansilla. Como consecuencia del brutal crimen, miles de mujeres se movilizaron en todo el país para poner en discusión la violencia machista. Sin embargo, a pesar de ese reclamo masivo, mujeres y disidencias sexuales sufren al día de hoy todo tipo de violencia. Según el Informe del Observatorio Ahora que Si nos Ven, desde junio de 2015 hasta mayo de 2023 hubo 2.257 femicidios en la Argentina. Es decir, uno cada 31 horas.

 

En Buenos Aires, el primer manifiesto que leyeron ese año decía: “En 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1.808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas sólo por ser mujeres en 2015? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta”. Desde ese entonces, y como cada año, marchamos para visibilizar, reclamar y erradicar la violencia contra las mujeres: heterosexuales, bisexuales, lesbianas, trans y todas aquellas disidentes sexuales de la norma cis heterosexual.

 

En esa primera y gran convocatoria, San Juan formó parte del grito de Ni Una Menos; y a partir de allí e incluso desde antes del primer 3J, se organizaron asambleas junto con organizaciones sociales, de derechos humanos, feministas autoconvocadas en busca de discutir y debatir sobre las distintas cuestiones que en ese momento vulneraban los derechos de las mujeres.

 

En consecuencia, surgió el hecho de que, en la provincia, la Ley Nº 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres no se estaba aplicando respecto de distintas situaciones de violencia de género, tales como denuncias que no se recibían o que quedaban en la nada. De esta manera, desde la Asamblea Ni Una Menos lograron que el gobierno sanjuanino realizara una convocatoria para la adhesión a dicha ley y garantizar una aplicación efectiva. Sin embargo, al día de hoy, esta ley sigue teniendo falencias e incumpliendo en distintos artículos que especifica.

 

Con el paso de los años, en cada asamblea, pusieron foco en el hecho de sumar cada lucha que representa la demanda de los feminismos. La lucha por el aborto legal, los derechos sexuales, los derechos de las infancias, son algunas de ellas y las que se hicieron presente en las marchas, sobre todo en 2017, 2018 y 2019.

 

Por todo esto es que el movimiento de Ni Una Menos logró establecerse en la agenda política, mediática y social en San Juan, logrando así visibilizar distintos reclamos colectivos mediante la presencia tanto en el espacio público como en aquellos espacios que se les negaron históricamente.

De “Ni Una Menos” a “Ni Une Menos”

 

Cuenta “Lulú” Solar, integrante del movimiento, que en 2020 decidieron cambiar el nombre a Ni Unx Menos “como una manera de reconocernos en la lucha transfeminista. La lucha no era solo de las mujeres. Históricamente las corporalidades e identidades disidentes de la norma cis heterosexualidad que no se reconocen exclusivamente en la femeneidad pusieron el cuerpo en la calle. Esto es un reconocimiento político”.

 

De esta forma, desde Ni Unx Menos sostienen que la lucha “también es de igual medida de les lesbianes, les travestis, les trans feminidades y masculinidades, les no binaries, les intersex”. NUM apunta a un reconocimiento transversal y discursivo para luchar colectivamente contra las violencias que el sistema patriarcal ejerce sobre los cuerpos que fugan de su norma.

 

¿Por qué luchamos hoy?

 

Durante la tarde del sábado, diferentes organizaciones sociales, políticas y por los derechos humanos se convocaron en la Plaza 25 de Mayo para marchar hacia la Legislatura Provincial. En un nuevo 3 de Junio, NUM guió a convocadas y convocades al ritmo de los típicos cantos del movimiento feminista en un reclamo colectivo contra la violencia machista.

 

 

Al llegar al final del recorrido, comenzó la lectura del manifiesto que trajo a colación varias cuestiones; algunas de ellas refieren a: la exigencia de la Ley Integral Trans, de la aplicación efectiva de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral, la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo. También, dijeron basta de violencia pública y política, por la criminalización que sufrieron activistas feministas en 2022 por pintar las paredes de la Escuela Normal Sarmiento. Al día de hoy, una de ellas continúa siendo procesada. A su vez, en la lectura del documento, hicieron una mención especial al caso de Mario Parisí, el alto funcionario del Poder Judicial acusado de violencia de género.

 

En la misma línea, pidieron por un acceso real a la justicia, y por una reforma judicial transfeminista. Entre muchos otros reclamos, una de las integrantes de NUM, finalizó el discurso diciendo “Por todo esto y por una lista innumerable de derechos que nos son negados, seguiremos luchando y resistiendo en memoria de quienes ya no están presentes. Marchamos para instalar nuestras realidades en el centro de la política. Vivas, vives y libres nos queremos”.