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La minería sanjuanina sigue dando pasos hacia una mayor inclusión y visibilidad del trabajo femenino. En el proyecto Hualilán, ubicado en el departamento Ullum, dos mujeres destacan no solo por su compromiso profesional sino también por su impacto en la comunidad: Melisa Lobato, referente de Relaciones Comunitarias, y Cecilia Gil, integrante del área de Compras, un espacio históricamente ocupado por hombres.

En un entorno donde la minería muchas veces se asocia exclusivamente con la producción y la ingeniería, ellas muestran otro rostro del sector: el del vínculo social, la escucha y la gestión responsable.

Melisa Lobato, desde el área de Relaciones Comunitarias, trabaja a diario para fortalecer la conexión entre el proyecto y las familias de Ullum y alrededores. Su tarea implica diálogo, acompañamiento y desarrollo de programas que promuevan oportunidades locales. “La minería tiene que ser una oportunidad para todos, y especialmente para las mujeres del lugar”, afirma, convencida de que la inclusión y la sustentabilidad van de la mano.

Por su parte, Cecilia Gil, desde el área de Compras, rompe estereotipos dentro de una estructura donde históricamente predominó la figura masculina. Su desempeño demuestra que las mujeres pueden liderar decisiones estratégicas en espacios técnicos y administrativos clave para el funcionamiento de un proyecto de esta envergadura.

Ambas coinciden en que ser parte de Hualilán significa también representar un cambio cultural: más mujeres en roles técnicos, más capacitación, más trabajo conjunto con la comunidad. Su compromiso refleja una nueva etapa del desarrollo minero en San Juan, donde el crecimiento económico se combina con la equidad de género y el fortalecimiento territorial.

El episodio de Mujeres de Impacto dedicado a Hualilán propone justamente eso: visibilizar la transformación que ocurre cuando las mujeres ocupan lugares de decisión, construyen confianza y amplían horizontes en una industria que, hasta hace poco, les estaba vedada.