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Profesora de pilates y yoga, Daniela Villaverde transformó una lesión en su rodilla en la oportunidad de crear Fluye Pilates, un espacio donde más de 300 mujeres se entrenan, se acompañan y rompen prejuicios sobre el cuerpo, la edad y el movimiento.

Con más de 300 alumnos, Fluye Pilates se convirtió en una comunidad donde las mujeres son protagonistas. “Entre 17 y 20 son varones; el resto son mujeres. Nosotras tenemos esto de comprometernos con nuestro bienestar físico, espiritual y también con nuestras redes. Cuando algo nos hace bien, queremos que otras lo prueben”, dice Daniela, que se define como feminista y convencida de la fuerza colectiva de las mujeres.

“Yo me lesioné a los 22 años, una lesión heavy en la rodilla que me sacó de la pista”, recuerda Daniela Villaverde, profesora de pilates, yoga y propietaria de Fluye Pilates. Esa lesión —que podría haber significado el final de su carrera— fue el punto de partida de una transformación profunda: “Evité operarme y me recuperé entrenando con pilates. Fui testimonio en primera persona de que no necesitas romperte para estar bien”, cuenta.

La historia de Fluye también está atravesada por la maternidad y la resiliencia. “Abrí mi primer gimnasio cuando mi hijo mayor cumplía un año. Después vinieron mis otras dos hijas y paré un tiempo, pero nunca me desvinculé del rubro”, relata. Tras la pandemia, volvió a empezar con tres camas, un crédito y mucha convicción. “Hoy tengo dos salas con 19 equipos y un equipo de 10 personas. Fluye ya no soy yo sola; somos una comunidad que da trabajo y bienestar”.

En su estudio conviven mujeres de 13 a 85 años. Algunas llegan buscando alivio físico; otras, contención emocional. Daniela menciona con orgullo a Petronas, una alumna con Parkinson que, a fuerza de constancia, sorprendió a todas levantándose sola de una silla: “Lo da todo, y eso inspira al resto”.

El espacio, además de promover salud, refuerza el valor de la sororidad: “Acá una alumna consiguió trabajo porque otra la contactó. Se arman redes reales. Nos acompañamos. Yo creo que ese es el mensaje: no hay imposibles cuando las mujeres se unen”, afirma.