Mariana Vera, de 33 años, es ciclista de ruta y mountain bike, y recientemente alcanzó un hito en su carrera: convertirse en la única mujer en integrar el Team Lauty, un logro que la llena de orgullo y emoción. “Cuando Gustavo me llamó para darme la noticia, fue como wow, me gustó muchísimo”, contó Mariana, quien asegura que sus entrenamientos ahora tienen un plus de motivación.
Su pasión por el ciclismo comenzó de manera inesperada, acompañando al reconocido ciclista Rafa Manrique, quien la fue guiando en este deporte hasta convertirse en competidora. Su primera carrera fue en Mogna, con la bicicleta de la madre de Rafa, un inicio modesto que no le impidió seguir adelante.
Para Mariana, la bicicleta ha sido más que un deporte: “Vengo de sufrir violencia psicológica, un poco económica, tanto yo como mis hijas. Entonces es como mi cable a tierra, donde puedo ser yo, donde siento mucha tranquilidad. El viento, el sol te da en la cara, sos libre, y es algo hermoso que disfruto muchísimo”.
Hoy Mariana no solo se desafía a sí misma, sino que también comparte esta pasión con sus hijas. Ludmi, que pronto cumplirá 15 años, ya corre en MTB y está comenzando en ruta con la bicicleta de su madre. “Cruzar la línea de llegada y abrazarlas fue tremendo. Es muy emocionante. Quiero darles el ejemplo de seguir, de que sí se puede”, asegura Mariana.
A pesar de haber empezado tarde en el mundo del ciclismo, Mariana destaca que nunca es tarde para perseguir un sueño: “Nosotras, las mujeres, las mamás, trabajamos y sí se puede. Te ponés un objetivo, una meta, y va a costar, pero sí se puede”.
Además, Mariana reconoce la importancia de las redes de apoyo y los referentes en su vida: “Tengo una familia que me ha apoyado muchísimo y a Rafa que me ayudó a sanar. También sigo a ciclistas como Demi Valleri, que me apasionan y me inspiran a seguir creciendo”.
Actualmente, Mariana entrena de tres a cuatro horas diarias, combinando ruta y MTB, y se prepara para nuevas competencias de ruta y mountain bike. Su mensaje para otras mujeres es claro: “Intenten, luchen por lo que quieren, cuídense, y nadie les diga que no pueden. Sean ustedes mismas y vayan tras ese sueño”.
Historias como la de Mariana demuestran que el deporte puede ser un espacio de libertad, sanación y también de inspiración, recordando que con pasión, esfuerzo y redes de apoyo sí se puede salir adelante.
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