Gladys Olivares, Lorena y Claudia Muñoz son madre e hijas. Las tres viven en la localidad de Las Flores, en el departamento de Iglesia. Desde hace cuatro años que se dedican a la venta de pan, semitas, pizzas y palmeritas.
En la semana de la semita recordamos este emprendimiento que tiempo atrás preparó en su comedor ubicado en la casa 2, de la manzana , del barrio Conjunto III una merienda más que especial. Es que durante esa tarde llegaron hasta su vivienda 10 sanjuaninas lideres de diferentes sectores de la industria, minería y comunicación para conocer uno de los emprendimientos del departamento liderados por mujeres.
Es que Gladys, Lorena y Claudia presentaron un proyecto en las incubadoras de Desarrollo Sustentable de la empresa Veladero y tras ser guíadas y preparadas en diferentes temáticas recibieron elementos de panificación. Una amasadora y una sobadora industrial les permitió rápidamente duplicar la venta de los panificados.
De 200 semitas por días pasamos a vender 400, contaron ante la presencia de las mujeres que pasaron parte de la tarde en la casa de Gladys.
La historia de estas tres mujeres está marcada por el trabajo en la panificación. Gladys, cuenta que llegó a Las Flores muy pequeña y aprendió el oficio de la panadería. Es así que les enseñó a sus hijas a amasar.
Pero, Lorena fue quien comenzó con este nuevo negocio. Antes de la pandemia, la aduana para pasar a Chile era furor y fue ahí que inició la venta de las semitas más ricas de Iglesia.
Luego, obligada por el cierre de las fronteras, es que comenzó a vender las semitas en una empresa de paneles solares. “Se levantaba a las 4 de la mañana y se iba a vender a los trabajadores”, recuerda su madre quien le pidió que tras tanto esfuerzo comiencen a vender de manera fija en la casa que armaron dos hornos de barros.
Y fue así que decidieron ser parte del proyecto de incubadoras y hoy esperan ampliar el salón que tienen para amasar más cómodas.
A la casa 2, de la manzana A llegan personas de todos los distritos de Iglesia e incluso turistas que visitan el lugar y se llevan docenas de semitas y el típico pan casero.