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Por María Eugenia Vega

 

La historia de Paula Tapia y su lucha por abrir su primer negocio en Europa no fue nada sencilla. Sus palabras, mientras cuenta los detalles a 911 Mujer, están atravesadas por el esfuerzo, el sacrificio y la pasión por la cerámica y la alfarería.

 

Paula está acompañada de su incondicional pareja José Baigorri, un apoyo en su vida y en su trabajo, ya que José es una pieza clave en su emprendimiento: Master en Marketing, con un despliegue amplio en su rubro de Community Manager y Redes Sociales.

 

Aunque para ellos todo parece complementarse perfecto, detrás de la creación de su espacio de trabajo y de vida, hubo mucho sacrificio y tres intentos por acariciar la victoria y consolidar una vida en Barcelona.

 

Paula lo cuenta así desde la ciudad española: “Fueron tres intentos en Barcelona. El primero no funcionó; fue en el 2015. Vinimos a Europa desorientados. Intentamos buscar trabajo durante un mes y no lo logramos; entonces nos fuimos a vivir a Inglaterra durante un año. Ahí sí tengo una tía viviendo y eso nos ayudó”, comenzó.

 

En ese contexto, sumaron la riqueza del idioma, adquirieron dinero y ahorros para volver a intentarlo una vez más. Mientras tanto, Paula aprovechaba el proceso para multiplicar la experiencia con cursos que aportaban a su carrera. Cuando se sintieron listos, otra vez se embarcaron a Barcelona, pero las expectativas no fueron alcanzadas. Por segunda vez, tuvieron que volver a Inglaterra por el tiempo, el esfuerzo y el dinero, para conseguir el empuje en la lucha por una tercera oportunidad, la vencida.

 

“Esta experiencia me abrió las puertas para iniciar mi carrera de vendedora. José se había hecho un Master en Marketing. Tampoco funcionó mucho. Lo cierto es que no estábamos apostando al 100% a la cerámica, pero la clave fue volver a San Juan en el 2017”, confió.

 

Por primera vez, en su regreso a la tierra que los vio nacer, crecer y enamorarse, Paula abrió el taller junto a su esposo. “Nada mejor que apostar en tu lugar, con la gente que te apoya. Fue todo un éxito”.

 

Con el torno como principal herramienta en la alfarería, inició su camino para enseñar el oficio del ceramista.

 

 Fue genial. Ya hay muchos talleres de cerámica en San Juan de exalumnas mías. Me siento re orgullosa por eso

 

Aunque todo marchaba sobre ruedas, había algo pendiente en sus sueños: Barcelona. Así se gestó el tercer viaje a la tierra española, “a todo o nada”. “Ya conocíamos la ciudad. Teníamos todo el conocimiento de cómo es armar un taller. Así nos lanzamos. Alquilamos un espacio compartido con otros artesanos y comencé a dar clases”, dijo.

 

Los primeros pasos, ya como ceramista profesional, no fueron fáciles. La pareja debió compartir con otros argentinos un departamento, porque iniciarse en un alquiler independiente no es sencillo, se necesitan muchos requisitos.

 

Entonces, trabajando de lunes a lunes durante un año, hasta conseguir alquilar su primer local: Tierras Cerámicas. Pero algo inesperado iba a ocurrir: “Nos sorprendió la pandemia”, lanzó. Y si le faltaba algo a sus días de esfuerzo y súplica, una vez más, a ponerle tripa y corazón.

 

“De a poco fuimos remándola. Fue mucho esfuerzo y frutos que a la larga resultaron y fueron muy positivos”, destacó Paula. Lejos de los días de sufrimiento e incertidumbre, Paula y su esposo José recuerdan los momentos anhelados con sus seres queridos. “Acá estamos después de todo, aquí vamos… vamos y venimos de San Juan a Barcelona, siempre”.

 

Tierras Cerámicas, el proyecto que le ganó a la pandemia

El proyecto sanjuanino se instaló de la mejor manera en el corazón de Barcelona. Ahora sus piezas se han vuelto furor por vivir la experiencia con la arcilla.

 

En el taller boutique ubicado en el barrio de Gracia de la ciudad catalana, ofrecen talleres para disfrutar y conocer más sobre el proceso de la cerámica. La calidez de los anfitriones y del taller, generó que, al mes de estar en funcionamiento, se agotaran los lugares; aunque con un poco de paciencia, se pueden reservar espacios aún esta temporada.

 

Ante este furor por la cerámica, al poco tiempo de su instalación en Barcelona, decidieron apostar y expandirse alquilando el local de enfrente al taller, para abrir un coworking de ceramistas, de manera que cualquier persona interesada en desarrollar de forma más constante este tipo de arte, tenga un espacio con todo equipado para la creación en cerámica.