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Pamela Rodríguez tenía 17 años y una beba de tres meses. Había dejado la escuela y deseaba retomar sus estudios cuando fue asesinada por su exnovio-con quien había cortado una relación marcada por la violencia-. Además, contaba con al menos una denuncia en el área de Niñez y Adolescencia y había un Juzgado de Paz que estaba al tanto de su caso.

 

Seguramente la pregunta que todos y todas nos hacemos es: ¿El femicidio de Pamela se podría haber prevenido? Claro que sí. Y la respuesta está en todos los factores que fallaron y que propiciaron que Ángelo Castillo ingresara a la casa de la joven mientras dormía con su beba y la asesinara de una puñalada en el cuello.

 

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La adolescente había logrado advertir que estaba inmersa en una relación marcada por los golpes e insultos y por eso decidió ponerle fin a su noviazgo hacía cinco meses. Un caso que no solo habla de la violencia machista en su máxima expresión: el femicidio, sino que también tiene un factor social importante que es el embarazo adolescente y que recuerda que en San Juan aún no se dicta la ley de Educación Sexual Integral (ESI), un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes del país.

 

Por eso 911mujer habló con Alba Pezzani, quien tiene casi la misma edad que Pamela y en las próximas semanas comenzará a cursar su sexto año de la secundaria. Esta joven milita desde hace años en la colectiva de Ni Una Menos y recordó que la ESI sigue siendo “un reclamo de lxs adolescentes hacia el estado”. “San Juan nos debe políticas públicas que nos garanticen la información y la contención que necesitamos, porque puede salvarnos de estas situaciones de violencia de las que hablámos”, explica mientras aclara que no solo la información es la salvación. Pero, recalca la importancia de que las y los adolescentes puedan conocer sus derechos e identificar la violencia desde temprana edad.

 

 

Mientras tanto desde el espacio de género de Calingasta “Las Breas” advierten que ocho de cada diez consultas hechas por mujeres de distintas edades en el hospital de la zona se logra detectar violencia de género. “Algunas de ellas la tienen identificada y otras no”, explicó Natalia del movimiento que realizó una marcha en el lugar para exigir cambios profundos sobre todo de la aplicación de la ley 26.485 y para pedir que se aplique la ESI en el departamento.

Por otra parte, desde la UNESCO hablan de los valores de la ESI que empoderarán para disfrutar de salud, bienestar y dignidad; entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el respeto; analizar cómo sus decisiones afectan su propio bienestar y el de otras personas; y comprender cómo proteger sus derechos a lo largo de su vida y velar por ellos.

 

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Desafortunadamente en San Juan, la ley 26.150 sancionada hace 14 años sigue sin poder dictarse de manera integral en las miles de escuelas de la provincia y Pamela murió víctima de la ausencia de un Estado que no veló por su seguridad, ni le ofreció herramientas de educación que pudieran ayudarla a determinar a tiempo sobre la peligrosa relación en la que estaba inmersa e intentaba salir; sino también de una Justicia lenta que de acuerdo algunos datos debía estar al tanto de su caso.