Para la Justicia, la mujer sabía del calvario que padecía su hija. La Cámara Penal de San Luis la consideró “partícipe necesaria”.
La madre de Florencia Di Marco, la nena de 12 años abusada y asesinada por su padrastro en 2017 en San Luis, fue condenada este lunes a la tarde en un juicio oral a la pena de 18 años de prisión. La mujer fue encontrada responsable de haber sido partícipe necesario del crimen y de no haberlo denunciado.
La Cámara Penal 2 de San Luis consideró este lunes que Carina Di Marco es “partícipe necesaria del delito de abuso sexual, con acceso carnal, agravado por la situación de aprovechamiento de la convivencia preexistente”.
De acuerdo a El Diario de La República, el fallo a 18 años de prisión fue unánime ya que los tres integrantes del órgano judicial, compuesto por Hugo Saá Petrino, Gustavo Miranda Folch y Fernando De Viana, coincidieron en la condena.
Durante el juicio, la abogada de la mujer, Karina Mantelli, había pedido la absolución por el beneficio de la duda. La letrada consideró que no fueron debidamente acreditados los abusos anteriores a la muerte de la nena y que era “inexistente la evidencia” que indicara que su clienta conocía esos padecimientos. Frente al Tribunal y quebrada en llanto, la acusada afirmó no tener nada que decir a su favor y se limitó a pedir que “se haga Justicia”.
Después dela investigación, las autoridades determinaron que la acusada, de 33 años, sabía del calvario que sufría su hija, a manos de su pareja, Lucas Gómez y padre de sus otros dos hijos. “La imputada sabía y vio sábanas con sangre en su casa, y no hizo nada para evitarlo, acá en este juicio escuchamos a todos, lástima que no pudimos escuchar a Florencia con el fatal desenlace”, afirmó el fiscal Fernando Rodríguez, antes de la sentencia.
El cuerpo de Florencia fue encontrado el 23 de marzo de 2017 en el cauce del arroyo El Saladillo, en donde la habían tirado desde un puente. Unas horas después, la policía detuvo a su padrastro acusado por el homicidio y, más tarde, con los resultados de la prueba de ADN, se le agregó el delito de violación con acceso carnal. Gómez no llegó a enterarse de la nueva imputación porque se ahorcó en su celda dos meses más tarde.
La autopsia a la víctima determinó que había sido brutalmente violada y ahorcada con un lazo, pero también que no era la primera vez que sufría un abuso. Incluso sus maestras dijeron tras el crimen que sabían que su padrastro se propasaba con ella y que intentaron advertirle a la madre, pero que esta defendió a su pareja y trató a su hija de mentirosa.
Tanto el fiscal como la defensora remarcaron la responsabilidad que pesa sobre las maestras de la escuela donde Florencia cursaba sus estudios en la ciudad de Mendoza, antes de radicarse en San Luis. Según indicaron, no cumplieron con el protocolo de rigor, que incluye la denuncia de los hechos que la nena llegó a contarles a sus docentes, hoy sumariadas.
“Hubo un pacto de silencio para conservar el trabajo”, sostuvo el fiscal Rodríguez. En este sentido, la abogada de la condenada señaló que las maestras “minimizaron” los dichos de la nena cuando se animó a contar lo que vivía. De acuerdo a la letrada, eso hizo que la víctima se bloqueara y permaneciera en silencio.