Skip to main content

Luego de que la Justicia confirmara que tenía signos de abuso el cuerpo de Aralí Vivas, la nena de 8 años que fue hallada muerta tras un incendio en la localidad cordobesa de Brinkmann; en las últimas horas el fiscal del caso dio un dato estremecedor: dijo que uno de los imputados espontáneamente afirmó que “era costumbre abusar de esa niña”.

Sin decir a cuál de los tres detenidos por el crimen de la nena se refería, el fiscal que subroga Fiscalía de Instrucción de Morteros, Oscar Gieco, explicó que esas palabras surgieron de “testimonios de dichos espontáneos” que uno de los acusados por el homicidio calificado por el vínculo de Aralí dio durante su arresto. Todo fue frente a tres policías.

Hay que recordar que por el asesinato están imputados como coautores el padrastro de la víctima, Ezequiel Simeone, de 33 años, y uno de sus amigos, Cristian Hernán Varela, de 40 años. También la madre de Aralí, Rocío Milagros Rauch, de 28 años, quien es considerada partícipe necesaria del crimen.

En diálogo con Cadena 3, Grieco consideró que “la mataron para tapar un delito precedente”. En este caso, el abuso. Por lo que, el fiscal estudia agravar la imputación a homicidio criminis causa: matar para ocultar otro delito. La pena en expectativa es prisión perpetua.

Según el informe forense, la muerte de la nena se produjo sobre la medianoche del viernes 1° de noviembre, unas 14 horas antes de que los policías hallaran el cuerpo de la niña. Durante ese tiempo, dos menores convivieron con el cadáver de su hermana.

Betiana, prima de la madre de Aralí, es quien tiene a su cuidado los hermanos de la víctima: “Están bien, tranquilos y bien contenidos”, dijo a Cadena 3 en las últimas horas. Justamente, uno de esos niños, según el fiscal de caso, relató que quiso despertar a la nena y que no respondía. “La dejó ahí porque pensaba que estaba durmiendo”, mencionó Gieco.

De igual forma, el funcionario precisó que “no se puede afirmar que los menores hayan sido testigos del crimen”, pero sí lograron establecer que ellos estuvieron en el lugar.

Reconstrucción


Los registros fílmicos de las cámaras de la zona permitieron reconstruir los movimientos de los detenidos ese día.

La secuencia de los hechos comienza el viernes a las 21.16, cuando Varela llegó en bicicleta a la casa de Simeone.


Luego de una serie de idas y venidas que incluyeron la utilización de la bicicleta de Varela por parte de Simeone, el padrastro regresó a su hogar a las 3.27 del sábado.


Pasado el mediodía de ese día, Simeone fue visto saliendo de la casa junto a los otros dos menores, a quienes llevó a una plazoleta cercana a dos cuadras de distancia.


Poco después, a las 13.46, regresó a la vivienda y, según los registros de los testigos, se inició un incendio.
A las 13.54, un hombre alertó a los bomberos al notar el humo.


Así, llegaron al lugar a las 13.59 y lograron contener el fuego. Al inspeccionar el interior de la casa, encontraron el cuerpo de Aralí.


La autopsia reveló que la niña había sufrido un traumatismo craneal y descartó la muerte por inhalación de humo.

Simeone, quien cuenta con antecedentes por violencia de género, afirmó no haber estado en la vivienda en el momento del siniestro, pero su coartada fue puesta en duda por la fiscalía. Además, fuentes policiales indicaron que Rauch podría haber estado ausente de su hogar por días y en situación de consumo de drogas, lo que complica su situación judicial.

La muerte de Aralí provocó manifestaciones en Brinkmann, donde la comunidad exigió justicia y responsabilizó a las autoridades por no proteger a los niños en situación de vulnerabilidad. También se cuestionó a la UDER de San Francisco por permitir el retorno de Aralí y sus hermanos con su madre, ignorando advertencias de profesionales sobre el entorno familiar riesgoso.

Fuente: Infobae