En un contexto donde la sexualidad femenina sigue siendo un tema tabú, la Licenciada en Psicología Alexandra Amoros, especialista en sexualidad y terapia de parejas, aborda una problemática fundamental: la brecha orgásmica. Este fenómeno se refiere a la disparidad en la frecuencia de orgasmos entre hombres y mujeres, y sus hallazgos son preocupantes.
En el Día del Orgasmo Femenino, la especialista nos contó que, de acuerdo a un estudio exhaustivo realizado con 12 mil personas, que incluyó tanto a heterosexuales como a homosexuales, reveló que mientras el 98% de los hombres heterosexuales alcanza el orgasmo, solo el 66% de las mujeres logra experimentar el mismo placer. “Esto indica que algo sucede en los encuentros heterosexuales”, explica Amoros, subrayando que esta brecha se elimina en parejas homosexuales, donde ambos sexos experimentan una mayor satisfacción.
La investigación también indaga en el comportamiento de las mujeres que alcanzan el orgasmo. Aquellas que lo logran suelen ser más asertivas en sus relaciones, utilizan lencería, se sienten más eróticas, se masturban con frecuencia y disfrutan del sexo oral. Además, no dudan en expresar lo que desean a sus parejas, rompiendo con la idea de que las mujeres deben reprimir su placer.
“Las sexualidades deben reinventarse”, sostiene Amoros, señalando que una de las situaciones más comunes en consultas es la reinvención de la sexualidad después de la maternidad. Esta transformación se vincula con el empoderamiento y la necesidad de que las mujeres se apropien de su deseo sexual. “Desde pequeñas, se nos educa para que no se note nuestro deseo, lo que lleva a una represión del placer”, añade.
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La psicóloga también desmitifica la concepción errónea de que el orgasmo debe ocurrir de una sola manera. “Es crucial autoconocerse y evitar comparaciones. Cada mujer tiene su propio mapa erótico”, enfatiza. En este sentido, el placer se debe considerar un derecho, y una vida sexual plena es un objetivo que todas las mujeres deberían poder alcanzar.
Amoros plantea que la educación sexual integral (ESI) debe incluir el placer como un componente fundamental. “Los países que han implementado una educación sexual efectiva han visto una disminución en las tasas de embarazos adolescentes. Eduquemos para el placer”, argumenta.
Respecto a las preguntas frecuentes en su práctica, Amoros aborda la idea de que el orgasmo es un mandato. “Disfrutar del proceso es tan importante como alcanzar la meta”, dice. Los diferentes tipos de orgasmos y el descubrimiento del propio cuerpo son claves para vivir la sexualidad de manera plena.