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Natalia Sandberg, la genetista que fue clave para atrapar al principal acusado por el homicidio de Lola Chomnalez, dijo este martes que en su investigación “hubo un hermetismo total porque fue un trabajo muy delicado. La idea era no estar avivando a nadie de que esto se estaba llevando a cabo”.

En este sentido, la médica uruguaya agregó: “Lo que varió fue las configuraciones de búsqueda que se le imponen al software. La versión que tenemos nosotros del FBI no está hecha para hacer este tipo de búsquedas de familiaridad ni parentesco, por lo que fue ‘encontrarle la vuelta’ al software, y desafiarlo para poder llegar a los resultados como los que tuvimos”.

Con respecto a las causas que la llevaron a modificar el sistema informático, Sandberg contó: “Mi motivación fue la familia. Ver el caso me conmovió muchísimo. Fue mi motor para encontrarle la vuelta a ese software. Porque con el trabajo habitual no iba a surgir nunca el perfil del sospechoso, porque no estaba en la base de datos”.

“Pasamos como equipo de trabajo un montón de frustraciones. Pero nunca bajamos los brazos, y mi sueño siempre va a ser mirar a los padres a la cara y decirles que lo dejamos todo”, señaló la especialista en genética. Además, confirmó que ya habló por teléfono con los padres de la víctima.

Sobre su innovación en el método de investigación para atrapar al acusado Leonardo David Sena, de 39 años, la médica recordó: “Cuando me surgió esta idea, la comenté con colegas que tenía en otras partes del mundo y me apoyaron. Para ellos tampoco tenía precedentes. Me apoyaron y me dieron la confianza científica para poder hacer estos hallazgos”.

“Encontrarle la vuelta al software”, tal como lo mencionó Sandberg, consistió en abarcar el concepto de “familia criminal”. “Tenemos en el banco más de 80.000 perfiles genéticos de familias enteras que son criminales. Traté de usar eso y convertirlo en un hallazgo genético”, explicó la investigadora.