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A casi un mes del estreno, la película “Barbie” ya es una de las más vistas en Argentina; y entra en el top de las películas más taquilleras a nivel mundial. Otro dato no menor es que la directora del filme, Greta Gerwig, recaudó más de mil millones de dólares en todo el mundo cuando todavía no se habían cumplido tres semanas desde su estreno, según anunció la productora Warner Bros. Con este hito, la también realizadora de “Lady Bird” (2017) o “Mujercitas” (2019) se convierte en la primera cineasta mujer en solitario en sobrepasar dicha cifra.

La repercusión del producto cinematográfico no solo se vio en las salas de los cines, sino también en las redes sociales y en el boca a boca de los/as espectadores/as. La película relata la historia de la muñeca y con ello los roles de género en la sociedad actual, permite reflexionar acerca del desempeño de estos roles en forma jerárquica, el contraste entre una sociedad matriarcal y una patriarcal. Si bien Greta Gerwig se identificó varias veces ante los grandes medios como feminista, es decir, que lucha por los derechos de las mujeres; ¿podemos pensar en que la película de Barbie lo es?

Tatiana Pizarro, comunicadora social egresada de la Universidad Nacional de San Juan, magíster y doctora en Ciencias Sociales y Ciencias Políticas; especializada además en cuestiones de género habló con 911 mujer y reflexionó sobre la película. En este sentido, Tatiana afirma que el filme “a pesar de parecer superficial, es bastante profunda. Es curioso cómo se muestra que Barbie vive en una sociedad matriarcal, una sociedad en la que los roles de poder y las decisiones son tomadas por mujeres. La vida en Barbieland es de color de rosas. En este mundo también hay hombres, los “Ken”, quienes existen, no tienen una tarea trascendental o extraordinaria. Según sus sentires, sólo intentan llamar la atención de las Barbies”.

A su vez, la comunicadora destaca: “En el transcurso de la película hay muchos discursos sobre lo que implica ser mujer, lo que la sociedad espera de nosotras como mujeres. Que seamos perfectas en todos los aspectos, desde nuestra apariencia física hasta nuestro comportamiento en nuestro trabajo y en el hogar. Somos criticadas, no importa cuál sea nuestro comportamiento, debemos cumplir con una serie de roles y estándares que pueden ser a la vez inalcanzables y agotadores”.

Algunas de las críticas que recibió la película se relacionan con la representación de los varones en la misma. Para Tatiana Pizarro, “En toda la película no hay un solo personaje masculino que parezca ‘pensante’: esto tiene un motivo, es simple, se pretende subvertir las dinámicas sociales para generar empatía”. Es decir, “Históricamente se vio a las mujeres como objeto de decoración o como pertenencia para dar cierto estatus. En el guión de Barbie se da vuelta esta idea. El hombre, el Ken, es el objeto decorativo, simplemente están, existen, son invisibles; incluso, su opinión no es escuchada. La película exagera el objeto justamente para generar empatía en los hombres, para que ellos puedan entender cómo nos podemos llegar a sentir nosotras ante ciertas situaciones, cuando se nos trata de este modo”.

Por otra parte, Yanina Jotayan, licenciada en Ciencias Políticas, docente en la UNSJ, también habló con 911 mujer para reflexionar sobre la película de Barbie desde su formación académica. Para Yanina, el filme tiene una vocación feminista, “pero también hay que entender que no es el fin de la película. Es un producto comercial, hollywoodense, que busca obtener ganancias. Aunque, a pesar de eso, creo que pone en discusión el feminismo”.

La licenciada sostiene que la “fortaleza” de esta cinematografía es que “pone en tensión la construcción patriarcal, un mundo de varones por un mundo de mujeres”, como así también cosas de la vida cotidiana que todos y todas vemos y percibimos como naturales. Sin embargo, también tuvo ciertas críticas, Yanina menciona al hecho de que “Sigue siendo todavía poco interseccional, en el sentido de que continúa presente la categoría de mujeres y varones hegemónicos. La Barbie estereotípica persiste en la actualidad como la mujer rubia, blanca, flaca y con otro nivel de vida. Por ello, creo que está muy lejana a la realidad concreta y vivencial de los varones y mujeres, más en nuestra sociedad de América Latina del cono sur”.

 

Yanina Jotayan destaca que, incluso, “La película es contradictoria y hasta paradójica, porque es desde el lugar del estereotipo donde se ponen en discusión también otros estereotipos”. Por su parte, Tatiana Pizarro, cree que algo que atraviesa la película es “el hecho de ver a una perfección imperfecta, una especie de liberación de estereotipos”.