Sandra Olivares contó a 911 Mujer, los detalles de lo que vivió cuando pudo reencontrarse con el femicida de su hija, Miguel Palma, a 10 años del aberrante crimen. “Yo estaba en el centro y mi marido me llamó. Él no puede levantarse de su cama porque está enfermo, pero lo hizo sólo para comprobar lo que le estaban diciendo. Palma estaba libre en casa de sus padres”.
La mamá de Cristina Olivares está indignada y no es para menos. Una llamada telefónica llegó por la mañana del jueves para confirmar lo increíble. Miguel Ángel Palma Acosta, el femicida de su hija amada, el autor de uno de los crímenes más atroces del país, pudo visitar a sus padres en su casa de Rawson.
“Voy a ir a verlo”, dijo Federico, el papá de Cristina, con sus fuerzas agotadas y una enfermedad cruel a cuestas, que lo tiene debilitado. Aunque hay algo que lo mantiene aún en pie y que le sigue causando un dolor extremo. “Mi marido se subió a la moto y se fue hasta la casa de Palma. Nos habían dicho que no es la primera vez que esto ocurre, pero no queríamos creerlo”, relató Sandra.
Federico estuvo ahí, parado en su moto con el casco puesto, sin que nadie pudiera reconocerlo. Desde ese lugar, a pocos metros pudo ver como la movilidad del Servicio Penitenciario Provincial llegaba a la vivienda de Mendoza 4550 Sur, Villa Krause.
“Es mentira que los padres están enfermosos. Nosotros lo vemos al padre de Palma ir hacia la finca, siempre”, reveló Sandra, quien confió que las hermanas del femicida también estuvieron presentes en el encuentro familiar.
Cuando Sandra llegó al lugar, esperó y vio como Miguel Palma salía de su casa como si nada y subía esposado a la movilidad. “Estamos furiosos”, remarcó, y se mostró preocupada por sus nietos. El mayor de 13 años conoce la historia completa, pero luego de haber pasado por años de tratamientos psicológicos, bloquea el dolor. “¿qué hago con el más chico?”, reflexiona. “Tendré que sentarlo y contarle la verdad”, se angustia, mientras habla con este medio.
El hijo más chico de Cristina tiene 11 años y no conoce lo que ocurrió porque era un bebé cuando pasó todo, aquel 7 de julio de 2012. El amor a sus nietos fue tal que pudieron darles una vida completa, con la ternura de abuelos, siendo el papá y mamá y necesitaban. Palma no tendrá lugar en la vida de ninguno.