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Elizabeth Gómez Alcorta tenía pensado que 2020 iba a ser un año tranquilo. La abogada feminista planeaba comenzar con un doctorado, escribir, leer y pasar tiempo con su hijo. Pero un llamado del presidente Alberto Fernández con el ofrecimiento para dirigir el nuevo ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación cambió todos sus planes. Hoy trabaja al frente de una cartera que -según explicó en su primera entrevista con unos pocos medios de comunicación- es necesaria para “mostrar las desigualdades en las que vivimos”.

La flamante funcionaria entiende que las mujeres y las disidencias enfrentan desigualdades “estructurales” que se suceden en el ámbito laboral, educativo, en el acceso a la vivienda y en la salud. Esa desigualdad se expresa también a través de la violencia: entre el 1 de enero y el 20 de noviembre de 2019 hubo en Argentina 290 femicidios, según el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven”. Para mostrar las desigualdades visibles y las que están más solapadas, Elizabeth Gómez Alcorta aceptó el cargo.

“Son desigualdades estructurales que no va a poder cambiar un solo gobierno, y para empezar a achicar esas brechas se necesitan políticas de Estado y un trabajo transversal con todos los ministerios”, explicó durante una entrevista en la que tomó y cebó mate, sonrió ante las cámaras y llamó “compañeros” a los fotógrafos que la retrataban.

La cartera que dirige tendrá la siguiente estructura: una Secretaría de políticas contra la violencia, a cargo de la abogada penalista Josefina Kelly; una Secretaría de políticas de igualdad y diversidad, que dirigirá Cecilia Merchán, ex diputada nacional y quien tuvo a su cargo la coordinación Comité Ejecutivo contra la Trata de Personas; y una Subsecretaría de formación, investigación y políticas culturales para la igualdad, a cargo de Diana Broggi, psicóloga feminista y parte de la Comisión Organizadora del 34º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans y Travestis que se realizó en La Plata en octubre.

Esta forma de estructurar el organismo responde a los principales ejes de trabajo que tiene la nueva cartera. Habrá una línea central que es el abordaje integral de la violencia y que se hará desde la prevención, asistencia a las víctimas y fortaleciendo el acceso a la justicia. “También trabajaremos pensando en mujeres indígenas, rurales y en contextos de encierro” explicó Gómez Alcorta, que es penalista y fue defensora de la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala.

La funcionaria se define como una “militante que trabaja de ministra” y opinó que en “igualdad y diversidad sexual es en donde estamos más atrás en términos de políticas de Estado. La igualdad incluye el sistema de cuidados”, en referencia a aquellas tareas que las mujeres realizan y nadie ve ni reconoce: la atención a hijas e hijos en la casa, las tareas del hogar, el cuidado de adultos mayores.

“Mi vieja trabajaba, lavaba, planchaba, atendía a mi viejo y a nosotros. Y a mí eso siempre me rebeló”, recordó Gómez Alcorta para quien ésta es una de las problemáticas más invisibilizadas dentro de todas las desigualdades que sufren las mujeres. Por eso, el primer paso será mostrarla: “Vamos a pensar en un mapeo nacional”, aseguró.

“Hay una fuerte inequidad en la distribución de las tareas de cuidados. Por ejemplo cuando se habla de los jóvenes ni-ni, que no trabajan ni estudian. Y a mí me da mucha bronca porque las mujeres no son ni-ni: las adolescentes están cuidando a los hermanos, a la abuela. Están trabajando y son doblemente invisibilizadas. Hay pibas que dejaron la escuela para que su mamá pueda salir a laburar y son adolescentes de 14 años que están cuidando a sus hermanos”, dice Gómez Alcorta.

La abogada penalista de 47 años entiende que el Ministerio de las Mujeres “es una conquista de la calle, más allá de una demanda” y que para ella, además, representa un desafío: el de mostrar que “las mujeres hacemos política de otra manera: a través de redes, de escucha, con un ministerio de puertas abiertas”.

Durante la entrevista una de las palabras que más utiliza es “potencia”. Con un tono suave pero firme, la potencia forma parte de su modo de expresarse. Y, al parecer, busca que ese estilo fuerte y transformador se imprima también en su gestión. “El desafío que tengo es enorme y hermoso. Más allá de que no estaba en mis planes acepté este cargo porque está bueno cambiar los planes cuando los que se avecinan son estos”, dice y sonríe detrás de sus lentes de marco amarronado.