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Cada día hay 258 nacimientos producto del embarazo de niñas y adolescentes en el país. Ahora, una campaña trata de visibilizar el tema y concientizar a jóvenes e instituciones.

En Argentina, cada día, se producen 258 nacimientos producto del embarazo de niñas y adolescentes: un parto cada seis minutos. De esos embarazos, 7 de cada 10 no fueron planificados. Además, por día nacen siete bebés de niñas menores de 15 años. Falta de información, de anticonceptivos o de acceso a la salud son algunos elementos que explican el fenómeno.

En el marco de la Semana de la Prevención del embarazo no planificado en Argentina, que se celebra del 21 al 28 de septiembre, una decena de organizaciones no gubernamentales, con el apoyo de UNICEF, llevan adelante la campaña ‘Puedo decidir’. Se busca visibilizar el tema y concientizar a jóvenes e instituciones.

Y es que solamente en 2017, en Argentina nacieron 94.000 hijos de madres adolescentes, el 13,4 % de todos los niños y niñas que nacieron ese año. Con más detalle: 91.586 adolescentes de 15 a 19 años y 2.493 niñas menores de 15 años tuvieron un hijo o hija.

En 2013 el Ministerio de Salud realizó la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. De ahí surgió que el 4,2 % de las adolescentes relataba haber sufrido ‘algún tipo de coerción en su primera relación sexual’. A eso se suma otro dato: según la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil, el 34,4 % de los y las adolescentes no usaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.

La mayoría, por falta de información o incluso por contar con información errónea. Por eso, parte de la campaña tratará de derribar mitos.

“La maternidad y paternidad no planificadas en la adolescencia se vinculan con la vulneración de derechos, dificultad para acceder a servicios de salud, no contar con información y acceso a métodos anticonceptivos, insuficiente educación sexual en las escuelas, prejuicios, estereotipos y mandatos sociales, abuso y violencia sexual”, aseguran desde la campaña.

Además, el tema pone sobre la mesa las claras brechas de desigualdad en el país: el embarazo en la adolescencia y su no intencionalidad está más presente en las provincias del norte del país. En Chaco, Formosa y Misiones, 1 de cada 4 nacimientos son producto de embarazos adolescentes.

Educación sexual y reproductiva

La información sobre reproducción y sexualidad es un derecho al que debería poder acceder todo ciudadano y ciudadana. Es lo que marcan los tratados internacionales –Convención sobre Derechos del Niño, Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales– y la legislación local: la ley de Educación Sexual Integral (conocida como ‘ESI’), la 25.673 de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y la 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, entre otras.

La ESI, en particular, vigente desde 2006, establece un programa nacional mediante el que se debería proveer de dicha formación en ‘establecimientos públicos, de gestión estatal y privada ya sean de jurisdicción nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma o municipal’. Sin embargo, todavía hay falencias en su aplicación en todo el país, una situación sobre la cual advierten cotidianamente los colectivos feministas y representantes de la comunidad educativa.

Además, la ley de Salud Sexual y Procreación Responsable también debería garantizar métodos anticonceptivos y proveer de información a adolescentes y al personal de atención para poder lidiar correctamente con la temática.

Entre adolescentes de 15 a 19 años, alrededor del 60 % de los embarazos fueron no planificados. Y el porcentaje sube a 8 de cada 10 cuando se trata de niñas de menos de 15 años. La mayoría de los embarazos es consecuencia de situaciones de abuso sexual y violación.

Por eso el Plan Nacional de prevención del embarazo no intencional en la adolescencia en su versión 2017-2019 prevee tres áreas de acción: acceso a la información para poder tomar ‘decisiones libres e informadas’, acceso a los métodos anticonceptivos y un abordaje intersectorial para abordar el abuso.

Porque además de la falta de posibilidades de decidir, hay más problemas: según un estudio realizado por la Fundacion Para Estudio E Investigacion De La Mujer (FEIM) “las complicaciones por embarazo y parto a edad temprana son las principales causas de muerte de niñas de entre 15 y 19 años en los países en desarrollo”.