Por: Marcela Silva
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Fue una de las frases de Jimena Daneri, gerente de Legales de Fortescue. El salón Cruce de Los Andes estuvo repleto.
Viernes por la tarde con un clima cálido y un salón lleno de industriales es el contexto en el que se realizó el panel de mujeres industriales en San Juan. Fueron tres sanjuaninas que se sentaron a contar sobre sus experiencia en el sector y bajo el lema “Las mujeres en la toma de decisiones” es que hablaron cerca de una hora de la importancia de seguir abriendo puertas para el crecimiento de la mujer en el sector.
El panel estuvo conformado por Silvina Bellanting, gerente general del Banco San Juan; Jimena Daneri, gerente de Legales de Fortescue y Adriana Grazziani, directora de Productos Grazziani. La mesa estuvo dirigida por Sandra Barceló, secretaria de Industria.
El primer turno fue para Silvina Bellanting, del Banco San Juan. La mujer oriunda de Buenos Aires, criada en Rosario y de corazón sanjuanino contó sobre sus comienzos y dijo que su primer contacto con los números fue cuando iba al secundario en la materia Contabilidad. “Ahí me di cuenta que es lo que quería para mi futuro”, dijo convencida.
La gerente general hace más de 15 años que vive en San Juan y para haber crecido y ser una de las líderes del banco cuenta que tuvo que dejar a su familia, sus amistades y sus proyecciones en su provincia natal. No se arrepiente del camino que tomó y aclara ante la pregunta de Sandra Barceló ¿Si volviera el tiempo atrás, harías lo mismo? Y sin dudarlo la respuesta es un sí rotundo. La bancaria que encabezó profundos cambios en el banco San Juan estaba acompañada de dos de sus tres hijos y por eso también fue inevitable hablar del rol de madre.
“Todo es cuestión de organización. Aunque a veces eso falla, pero siempre se puede crecer y resolver situaciones en la familia”, reflexiona Silvina, quien agrega casi al finalizar el panel que el banco cuenta con el 40% de mujeres.
El segundo lugar del panel fue para Jimena Daneri, gerente de Legales de Fortescue, quien se presenta como mamá y abogada. “Tuve que trabajar para estudiar”, fue la primera reflexión que contó ante el público que escuchaba atentamente. La abogada recordó que siempre tuvo en claro que no quería litigar y su experiencia en empresas la llevó a ser la representante legal de una compañía minera de origen australiana que pretende explorar en San Juan.
Jimena fue la panelista que más hincapié hizo en el crecimiento de la mujer y la perspectiva de género de la empresa para la que trabaja. “Hay que guardar la culpa en el placard”, fue la frase que eligió para reflexionar sobre los miedos que a veces tienen las mujeres respecto a su rol en la familia y que muchas veces justamente es ese remordimiento que no las deja avanzar en su profesión. La abogada en su recorrido recordó a su madre que era maestra y a su hermana artesana y dijo que desea que su hija sea una mujer empoderada.
Jimena habló del sector minero y contó que cuando viajó a China para conocer una mina tuvo que pedir permiso para poder ingresar por el falso mito de que trae mala suerte de que una mujer se encuentre en el lugar. La profesional explicó que solo el 23% de las mujeres a nivel mundial en el área minera tiene una función en el sector de soporte y operaciones y aclaró que no hay muchas en puestos gerenciales. La compañía minera para la que trabaja tiene el 50% del directorio compuesto por mujeres y por eso enfatizó que es importante invertir en la mujer y apoyar el crecimiento de ellas.
La última en contar su experiencia fue Adriana Grazziani, quien integra el directorio de una empresa familiar netamente sanjuanina. La mujer madre de dos hijas contó que comenzó en la empresa de agua natural y jugos por un pedido de su padre. “Me dijo que necesitaba ayuda. No sabía que haría en una planta repleta de hombres, pero encontré mi lugar y me dejé guiar por mi papá”, dijo la mujer que estaba también acompañada de sus hijas adolescentes.
Adriana recordó una anécdota donde un inversor canadiense quería comprar los productos locales y en el medio de una reunión de negocios sus hijas ingresaron a su oficina repentinamente. “Yo solo estaba preocupada en demostrar lo grande que éramos, pero una situación familiar interrumpió la reunión”, recordó la sanjuanina que aclaró que es importante mostrar tal cual somos.
La última pregunta de Barceló a las industriales fue que desean para sus hijas:
Silvina: “Quiero que mi hija sea libre y sepa que todo se obtiene con esfuerzo”.
Jimena: “Quiero que mi hija sea una mujer empoderada y que no tenga que vivir el índice de la brecha salarial”.
Adriana: “Quiero que mis hijas midan el fracaso como el camino al éxito y que se sientan ganadoras del alma”.