Mientras se recorren diferentes instituciones educativas para realizar testeos masivos se van conociendo nuevas realidades y nuevas estadísticas respecto al SIDA en San Juan. Victoria Sain, jefa del Programa Provincial del VIH, habló con Chicas Precavidas en radio Amanecer y dijo que la actualidad local ha cambiado en los últimos años.
Cada cuatro varones, una mujer tiene el Virus de Inmunodeficiencia Humana. Esta realidad ha mutado ya que tiempo atrás era cada dos hombres, una mujer. Victoria Sain explicó que la población de mujeres infectadas se contagió en un 100% de una pareja heterosexual; mientras que el 50% de los hombres lo hizo por una pareja del mismo sexo.
“Es importante que las mujeres pensemos en empoderarnos en materia de prevención, pero una mujer el único método de barrera que encuentra para no contagiarse del HIV es el preservativo masculino. Entonces tenemos que hacer un esfuerzo en la negociaciones ya que no tenemos alcance al preservativo femenino”, dijo la jefa de Programa SIDA.
En cuanto al panorama de los testeos masivos que vienen realizando en las diferentes facultades dijo que las chicas “tiene más conciencia que las generaciones más adultas”. Las jóvenes llevan el preservativo en el bolso y cuando no usaron protección se animan a manifestarlo.
Preservativo femenino
La jefa del Programa Sida explicó que en algún momento llegó este método a San Juan, pero la realidad es que en la actualidad dejó de entrar al país por un problema con las importaciones.
Este método surgió hace 20 años. El preservativo femenino es quizá el método anticonceptivo menos conocido entre las mujeres, a tenor de las estadísticas que hablan de que tan solo lo usan el 1,7%. Algo contradictorio si tenemos en cuenta sus ventajas y que favorece la autonomía sexual de la mujer, ya que puede colocarse antes del inicio de la relación sexual, sin necesidad de interrumpirla, y puede dejarse puesto hasta ocho horas.
Llamado también condón femenino, se trata de una funda transparente de poliuretano (plástico suave), que mide aproximadamente 17 centímetros de largo y está limitada por un anillo flexible en cada uno de sus dos extremos. El extremo que se coloca en el interior de la vagina está cerrado para impedir que el esperma entre en el útero. El exterior es algo más grande, está abierto y protege los genitales externos de la mujer, de ahí que sea el único de uso femenino que previene embarazos no deseados y protege contra enfermedades de transmisión sexual, incluido el sida.