Hace 8 años tenía tan sólo 16 y en plena adolescencia se quedó embarazada y como resultado de ese precoz embarazo infanto-juvenil se casó con quien se sospecha sería su femicida.
Dos años después, antes de ser mayor de edad nuevamente se convierte en madre, en un país en donde la Educación Sexual Integral ya estaba contemplada pero que por razones ideológicas y religiosas no se daban las clases.
Nada se sabe su vida, salvo que le habría sido infiel a su marido cuatrero y que desde muy chica tuvo que hacerse cargo de un hogar.
A los 8 años de ese casamiento que le robó su vida conoce a otro hombre, quien en medio de una extraña y poco clara situación la deja de rodilla frente a otro que se creyó con el derecho de castigarla con su propia vida por serle infiel.
“Cuando salí corriendo miré hacia atrás y la vi de rodillas mientras la golpeaba”, dijo el valiente con el que había empezado a salir hace un mes. Esa poco feliz frase la dijo cinco día después de su desaparición y a una hora del doloroso hallazgo.
Brenda podría ser el cuerpo calcinado que se encontró a 300 metros de aquel lugar donde se originó la discusión seguida de golpes, que seguramente fue una de las tantas a la que fue sometida por un hombre que además era boxeador.
El cuerpo irreconocible según los investigadores estaba envuelto en membrana en un lugar donde es dificil de explicar no se haya rastreado en las horas anteriores. Otra situación dificil de explicar que desnuda las falencias de la falta de preparación de quienes “nos cuidan”. Y otra irresponsable conducta por la cual no se encontró antes fue porque el juez correccional que tuvo en un primer momento la causa, Matías Parrón, no fue al lugar a verificar la situación que generó decenas de memes e insultos difícil de reproducir.
Brenda, hoy es la dura historia de una mujer que se animó a soñar otra vida y que fue castigada por un sistema violento y patriarcal.
El machismo mata!